Ateo

Gustavo Vera - 500 visitas

Un cuento corto para un día lluvioso

> Un ateo, mientras caminaba a través de la selva, sonriendo ante la

>belleza que había a su alrededor, pensó:

> -'Qué milagros de la naturaleza han creado los poderes de la

>evolución...'.

> En ese momento, oyó un murmullo cerca del río. Fue a investigar y vio

>que un enorme oso pardo estaba yendo el camino hacia él. El hombre empezó a

>correr como un rayo y, cuando tuvo coraje para darse la vuelta, vio que el

>oso lo estaba alcanzando. Trató de retomar sus pasos, pero tropezó y cayó al

>suelo.

> Mientras trataba de levantarse, el oso saltó sobre su pecho y levantó

>una pata para aporrearlo. El ateo gritó:

> ¡¡¡Ay, Dios mío!!!'

> El tiempo se detuvo. El oso se congeló. La selva estaba en silencio y

>hasta el río paró de moverse. Una luz blanca brilló sobre el hombre y una

>voz resonó desde el cielo:

> 'Has negado mi existencia durante todos estos años, has enseñado que no

>existo y abonas la concepción de un accidente cósmico. ¿Esperas que te

>ayude en esta situación? ¿Puedo contarte como un creyente?'.

> El ateo miró hacia la luz y dijo:

> -'Sería hipócrita de mi parte si de repente te pidiese que me

>tratases como a un cristiano, pero quizás podrías convertir al oso al

>cristianismo'.

> La luz se fue, eL río comenzó a andar y los sonidos de la selva se

>reiniciaron. Entonces, el oso bajó su pata derecha, puso sus dos patas

>juntas, inclinó su cabeza y dijo:

> - 'Te doy gracias, mi Dios, por el alimento que voy a recibir'....

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