La guerra es la guerra

Gustavo Vera - 499 visitas

Un anciano judío italiano, queriendo aliviar su conciencia se dirige a su rabino:

-Rabino, durante la segunda guerra mundial, cuando Los alemanes entraron a Italia yo simulé ser un "goy" (católico) y cambié MI apellido Levy por Spamoni y gracias a ello salvé MI vida.

-La auto preservación es importante, y el hecho de que nunca olvidaste que eras un judío es admirable -contestó el Rabino.

-Rabino, una bella joven judía llamó a MI puerta y me pidió que la escondiera de Los nazis. Yo la escondí en el desván y ellos nunca la encontraron.

-Eso fue una muy bella acción y no tienes que sentirte culpable por ello...........

-Hay algo peor, Rabino, yo fui muy débil y Le dije que debía pagármelo con favores sexuales.

-Ambos estaban en peligro y hubieran sufrido terriblemente si los nazis hubieran dado con Ella. Hay un balance favorable a ti y entre Dios y El Diablo vas a ser juzgado con conmiseración. Deja ya tus sentimientos de culpabilidad.

-Gracias Rabino, Siento que ha descargado MI conciencia de un enorme peso, pero tengo que hacerle una pregunta más.

-¿Y cuál es esa pregunta? -dijo el Rabino

-¿Tengo que avisarle que la guerra terminó?

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